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domingo, 31 de marzo de 2013

Cita Mojada 4




Te miro disfrutando de la vista, me gustaría estar más tiempo admirando tu cuerpo, pero mi deseo va mas allá, deseo usarlo, hacerlo mío. Sentirle en mi. 

Tu sexo completamente excitado y ya sin barreras del pantalón, parecía como si tu bóxer fuera de látex ya que había tomado unas dimensiones enormes, eso me excito muchísimo, le mordisquee suavemente sobre el boxe y agarrándolo por los lados lo arrastre hacia abajo dejando su sexo totalmente erecto pidiendo acción delante de mí. Entonces se me ocurre algo, me levanto y voy hacia la nevera a ver qué encuentro allí. Eureka, esto me valdrá. El se me queda mirando y cuando ve lo que he cogido hace una mueca de sorpresa y sonríe burlonamente imaginando que puedo hacer con un yogurt. Me acerco a él y le cojo de su miembro y lo meto dentro del recipiente de yogurt mientras me muerdo los labios de gusto y el abre la boca soltando un pequeño suspiro de deseo. El frio del yogurt le hace sentir un fuerte escalofrió. Retiro el vaso y comienzo a chupar su sexo, lamiéndolo despacio, saboreándolo. metiéndolo todo en mi boca hasta su base. Y cuando veo que pierde su sabor a yogurt vuelvo a meter su miembro en el yogurt y vuelvo a lamerlo como si fuera un helado de vainilla, la mezcla del yogur con la lubricación de su semen le da un sabor especial, y eso me escita aun mas. Entonces hago que mi mano acompañe a mi boca en los envites y la otra masaje tus testículos jugando con ellos como si fueran pelotas de pimpón de cristal. El de pronto me dice que pare. Para me dice: ahora me toca a mí. Y entonces me tumba en la cama y veo como coge el resto del yogurt y lo esparrama por mis pechos que al contacto del frío se ponen aun mas redondos y erectos y mis pezones durísimos y de punta, marcando mi deseo y el frio del yogurt. Posa su boca en mis pezones y comienza a lameros, a succionarlos. Se levanto y fue por dos yogures mas. Los abrió y me los extendió por el cuerpo, después se puso encima de mí y empezó a frotarse contra mi cuerpo abrió mis piernas, acaricio mis muslos y empezó a restregar el yogurt por mi sexo, sentí como se metía dentro de mí como él lo introducía con los dedos, era tan excitante. Me sentía sucia, pero tan excitada imaginando como mi placer se mezclaba con el yogurt e imaginando… Entonces me penetro con fuerza, sujetándome por la cadera, sus embestidas eran salvajes, muy fuertes, yo me sentía extasiada, mi cuerpo se arqueaba voluntario a su ritmo desenfrenado a ese balanceo e intromisión en mi cuerpo. Yo no podía dejar de gemir, me estaba volviendo loca de placer. Mientras el cada vez se hundía mas en mi y con más fuerza, más deprisa, más profundamente, las sacudidas hacían que la cama rebotara contra la pared y dieran un concierto fortuito y acompasado. Mi orgasmo estaba cerca, ya lo sentía venir, tenía mis manos en su espalda y mis uñas seguramente clavadas en su piel, en ese momento no podía controlar mi fuerza, no podía controlar nada, entonces lo sentí, me sentí explotar, y al mirarle vi en su cara que su orgasmo también estaba cerca. Empecé a lamerle el cuello y eso fue el detonante de su orgasmo y oírle a él gemir hizo que el mío saltara a la vez. Los dos temblamos, los dos gritamos y después los dos quedamos uno encima del otro callados, respirándonos. El se echo a un lado y con un dedo recorrió mi pecho, después lo acerco a sus labios, lo degusto me miro y sonriendo me dijo…Habrá que pensar que cenaremos luego… Estoy pensando en el postre… 

Continuara...

Isaboa

miércoles, 20 de marzo de 2013

Buenas Noches 21/03/2013


Esta noche pensaras en mi, y mientras lo haces tu cuerpo se extremecera y tu piel abrira sus poros soñando con mi lengua...

BUENAS NOCHES A TOD@S HASTA MAÑANA

Isaboa

martes, 12 de marzo de 2013

Sesion de masaje 2


Comenzó por masajearme la espalda y el cuello con movimientos lentos, pero fuertes, recorriendo cada uno de mis músculos que al paso de sus manos se descontractaban y relajaban. Sus manos eran grandes y fuertes, pero tenían una sensibilidad extraordinarias y una suavidad que  nunca hubiera imaginado en las manos de un hombre. Allí estuvo un buen rato, haciendo virguerías con mi espalda que  ya ni la sentía, es como si me  hubiera abandonado. Pero ese mismo placer en la espalda hacia que mi cuerpo se pusiera cada vez más tenso. Cosa  de la que él se percato porque me dijo que me encontraba tensa, que tenía que relajarme. Me pregunto que si quería un completo. Que así me iría nueva. Yo  estaba mareada, no me podría levantar de allí ni aunque hubiera un fuego, y ya otra vez me habían dado un completo y me había gustado, claro que no me lo había dado un  hombre como aquel. Cuando el  hablo del completo mi mente se puso a viajar y fantasee con la idea de ligar con él. Le dije que sí. El fue a por otro aceite, este olía a vainilla era mas dulzón que el anterior que parecía más balsámico. Se unto aceite en las manos , las froto y a  continuación siguió con los muslos, recorriéndolos de abajo arriba y de arriba abajo. Cuando sus manos se acercaban a mi entrepierna no podía reprimir un estremecimiento de placer y sensualidad, mientras mi sexo seguía desprendiendo jugos, que llegado ese momento, habían empezado a mojar mis braguitas.
“¿Le importaría darse la vuelta, señora?”
Me la di, exponiendo mis pechos y mi pubis cubierto  por mis braguitas  a su mirada. Al darme la vuelta y tumbarme boca arriba, había dejado mis piernas ligeramente entreabiertas, por lo que no podía dejar de ver mi braguita mojada. Con los ojos entrecerrados vi como su mirada se detuvo en mi sexo, y sentí que  el deseo sexual  se apoderaba de él  y como el bulto de su entrepierna creció ligeramente.
Comenzó con mis muslos, igual que antes de arriba abajo y de abajo arriba, pero ahora noté que sus manos se acercaban más que antes a mi entrepierna. Sentía como  mi humedad iba aumentando hasta resbalar por mi sexo, humedeciéndome el canalillo entre éste y el ano. Mi humedad era algo obvio, algo que no podía pasar desapercibido Era algo de lo que no podía dejar de darse cuenta y por el tamaño que iba adquiriendo su paquete era evidente que se había dado cuenta de mi excitación y deseo.
Sus manos cada vez se acercaban más y más a mi entrepierna, hasta que cada vez que subían por mis muslos llegaban a rozar ligeramente mi sexo.
El deseo que sentía era cada vez mayor, mi sexo estaba empapado y deseaba más con cada roce la penetración. Cuando sus manos rozaron de nuevo mi sexo, abrí mis piernas, lo suficiente para hacerle entender que deseaba otra clase de masaje más íntimo y sexual. Le toque su abultado paquete y sentí como su pene se revolvía por salir. Se me hizo la boca agua. El  me miro, sonrió y dirigiéndose hacia la puerta la cerró con llave. Al llegar a la camilla se desnudo, se acerco a mi me quito la braguita y se echo encima mío  , penetrándome de un solo golpe al mismo tiempo que su boca buscaba y encontraba la mía y su lengua penetraba hasta el fondo de mi garganta. Sus besos me encendieron y mi vagina se cerró en un acto reflejo al sentir su pene dentro de mí, apretándolo en un movimiento involuntario como para no dejarlo salir. Sentía sus empujones en el fondo de mi sexo, dándome un placer intenso, al mismo tiempo que sentía su cuerpo fuerte y musculoso sobre el mío, apretándome los pechos con el suyo y su lengua apresando la mía, lamiéndome la cara, besándomela entera, tirando de mi pelo, mordiendo  los lóbulos de mis orejas. Yo me aferre a sus bíceps, musculosos y duros. Levanté mis piernas, apresando sus nalgas con mis pantorrillas, y su pene penetró más profundamente dentro de mí. La oleadas de placer previas al orgasmo empezaron a recorrer mi cuerpo, hasta que sentí como si todo mi cuerpo estallara mientras mis piernas le empujaban más adentro de mí y mi vagina apresaba su pene como para impedirle salir.
Al sentir mi orgasmo sus movimientos se aceleraron  haciéndose más rápidos y más profundos hasta que estalló, a su vez, su orgasmo, que culmino con un breve bufido animal. Eso aun me excito mas , sentí su semen caliente golpeando el fondo de mi sexo y las pulsaciones de su pene dentro de mí, entonces sentí  un segundo orgasmo, más suave y pequeño que el primero, pero no por ello menos agradable y excitante.
Después se levanto, me sonrió  yo también me levante , me indico la puerta del baño y allí me dirigí para lavarme. Cuando Salí estaba ya vestido y sentado delante del biombo  había puesto mi ropa delante de este en una silla. Me miro , miro la ropa y en un susurro me dijo vístete aquí delante. Y así lo hice. Cuando termine se acerco a mí. Me cogió  de la cintura y me susurro al oído…
Creo que con una sola sesión no habrá bastante, yo aconsejaría alguna mas, y con otro tipo nuevo de masaje. Cuando salgas pídele a la recepcionista que te haga la ficha y le dices los días que quieres venir. Me sonrió, abrió la puerta y se despidió con un. Espero que  el masaje le haya sentado bien y su espalda vaya mejorando.
En ese momento supe que mi espalda tardaría en curarse.

continuara...

Dama De Hielo

Sesión de masaje 1


Hace poco estuve de baja debido a una lumbalgia, lo pase verdaderamente mal. Apenas podía moverme de la cama al sofá y algún rato a la silla. Pero lo pase muy mal. Cuando me recupere, mi doctora me recomendó ir a un masajista. Yo por mi zona solo conocía a una mujer que daba masajes pero que por su  corpulencia tan delicada no me hacía sentir cómoda y a un chico que  la verdad no me parecía muy profesional.  Fue entonces cuando me acorde de que tenía una tarjeta guardada de un masajista que me recomendó una amiga  una vez que me había hecho un esguince pero al que al final no llegue a ir por miedo al dolor y porque  con el reposo y lo que me mandaron curo rápidamente. Busque la tarjeta y me dispuse a llamar para pedir cita. Me cogió el teléfono una señorita y me dio cita para tres días después, antes era imposible estaban todas las horas cogidas, y tenía que ser a última hora ya que al no saber cuál era mi lesión no podía calcular el tiempo que debería de emplear en mi el primer día. Me dio cita para el jueves a las 8 de la tarde.
Llego el jueves y ya por la tarde en mi apartamento después de darme una buena ducha que me hizo sentir muy bien después de mi jornada de trabajo me dispuse a vestirme, pero no sabía que ponerme. No era plan de ir en chándal, soy una mujer coqueta y  además no sabía  cómo sería  el masajista. Podía ser mayor con lo que ir  provocativa estaría mal y si era joven casi sería peor pues pensaría que trataba de filtrear con él. Por lo que al final me decidí por ir cómoda pero femenina y algo sexi. Me plante una ropa interior cómoda pero muy femenina. De algodón en color bison con algo de encaje. Unos leguis color café y un jersey de media manga  y  de cuello alto en color beis zapatos beis de tacón de punta redonda. Me deje el pelo suelto pero recogido con una diadema de goma beis, me perfume, algo de maquillaje suave y natural y andando para allá.
Siempre me han gustado los masajes corporales. Me encanta tumbarme sobre la camilla abandonándome a los sensuales placeres de unas manos recorriendo tu cuerpo, relajándolo, tonificándolo. Iba por las lumbares, pero hubiera ido igualmente por el placer del masaje en sí.
Al llegar la recepcionista me tomo nota y me hizo pasar a una habitación, la habitación no era como me la hubiera imaginado, como otras a las que había ido. Aquella era más grande de lo normal,  las pareces estaban  pintadas en estuco de un color crema y  en los bajos tenía algo que imitaba a la piedra y le daba un ambiente tipo zen, allí había una camilla, varias estanterías y mesitas auxiliares con cremas y aceites, todas ellas en madera , se estaba quemando incienso y se escuchaba una suave melodía con un fondo de agua. A un lado había un biombo en madera y papiro precioso. Y detrás una estantería con toallas blancas y  color tierra. Me puse a  imaginar lo que me costaría el masaje allí, pero ya estaba hecho y bueno un día es un día. La pinta era buena y el lugar muy acogedor. Estaba pensando en eso cuando  al momento oí abrirse la puerta y al girar la cabeza vi entrar a uno de los hombres más sexualmente atractivos que había conocido nunca. Alto, moreno, con unos ojos verdes impresionantes y una sonrisa cautivadora. Iba completamente vestido de negro, con una camiseta ajustada que dejaba adivinar un pecho ancho y poderoso, los pantalones largos  elásticos que llevaba, igualmente negros dejaban imaginar unas piernas fuertes y musculadas, en la entrepierna se veía el bulto de su “paquete”, que, en principio, parecía nada despreciable.
Lo más atrayente de él era, como ya he dicho, el magnetismo sexual que se desprendía de todo su cuerpo. Fue tan grande el impacto sexual que me produjo que  me sentí vagina se humedecer .Al entrar me preguntó: “¿La señora se dará un masaje corporal completo o viene por algo en concreto?”, a lo que respondí, con un hilo de voz para no dejar traslucir el deseo que se había apoderado de mi persona, que  iba por lo de la luxación, que él me diera el masaje que creyera mas conveniente. Me dijo que fuera a quitarme la ropa detrás del biombo, que me quedaran ropa interior si me sentía mas cómoda. Que tenía que ver qué tipo de lesión tenia para saber que masaje necesitaba. Se acerco a la puerta y  con ella abierta me dijo: cuando esté preparada póngase boca abajo en la camilla, ahora regreso.
Y allí me quede toda nerviosa y en un estado alto de sensualidad imaginando sus manos en mi piel. Me desnude y me quede en ropa interior. Me coloque en la camilla y espere. El no tardo en aparecer, traía una bolsa en una mano y una botella de lo que imagine seria algún aceite en la otra.
Se acercó a la camilla y con toda naturalidad me desabrocho el sujetador  y me bajo los tirantes a un lado. Al sentir sus manos sentí un escalofrió de deseo recorrer todo mi cuerpo y como aumentaba la humedad entre mis piernas.

continuara...

Isaboa